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miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA CRISIS FINANCIERA DEL 2008 ¿PUNTOS EN COMÚN CON OTRAS CRISIS?


A lo largo de la historia se han vivido unas cuantas crisis económicas. Desde las más conocidas como son las de los tulipanes hasta la que vivimos en la actualidad y  tuvo su estallido en 2008, las ha habido con mayores o menores consecuencias. Si buscamos puntos en común en ellas podemos citar, siguiendo a Galbraith, los siguientes:
     -          Extrema fragilidad de la memoria en asuntos financieros. A pesar de haber vivido ya varias y haberse escrito sobre ellas, se siguen repitiendo. Como dice el dicho “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”

-          Engañosa asociación de dinero e inteligencia. El que tiene más dinero, recibe más ingresos o bonos por sus actividades económicas, no significa que este asociada a un genio especial.

-          Creencia de que hay algo nuevo en el mundo. Esto nuevo puede ser muy diverso: desde unos simples bulbos de tulipán a las acciones de unas compañías dedicadas al comercio por internet.

-          Una deuda que se vuelve peligrosamente desproporcionada con respecto a los medios de pago subyacentes.

-          Ausencia de cualquier rasgo que se asemeje a una innovación.

-          Al día siguiente de la especulación, la realidad es ignorada casi por completo.

Esto fue indicado por el economista de Origen canadiense en 1991. ¿Se cumplieron también estos puntos en la feroz crisis que vivimos y que estalló en 2008? Examinemos como fue fraguando tomando como hilo el relato de la misma que se realiza en el documental Inside Job.

Tras la crisis del 29, el mercado estaba copado en Estados Unidos por bancos pequeños y una gran regulación. Con el crecimiento económico en la década de los 80 se inició poco a poco la desregulación del sistema financiero, centrándose el mercado en pocas y grandes entidades y produciéndose una relación entre las firmas financieras y las que llevaban productos de inversión. Se fueron creando productos derivados, facilitándose su evolución por la desregulación y el avance de las tecnologías, utilizándose los mismos como forma de apostar en el mercado. Las pocas resistencias a la desregulación fueron vencidas por los bancos. Personalidades como Greenspan (presidente de la Reserva Federal) indicaba que “la regulación de transacciones de derivados que son negociadas en privado por profesionales es innecesaria”. Por lo que la regulación fue rechazada por el gobierno de Clinton y el senado.

En el terreno de los préstamos para viviendas (hipotecario) pasamos de un sistema viejo en el que el dueño pagaba su hipoteca y el dinero iba a su prestamista local (por lo que debía tener cuidado de a quien se lo daba y en que condiciones) a un nuevo sistema. ¿Y cómo es este nuevo sistema? En esta creación el prestamista vendía las hipotecas a bancos de inversión. Los bancos de inversión combinaban hipotecas y otros préstamos (de coches, de estudiantes, tarjetas de crédito,…) para crear derivados complejos llamados “Obligaciones de deuda Colateral” (CDO) Los bancos de inversión les vendían los CDO a inversores. Ahora en el pago de la hipoteca el dinero iba a inversionistas de todo el mundo.

Por otro lado los bancos de inversión pagaban a las agencias calificadoras por evaluar los CDO y muchos recibieron la máxima calificación (AAA). Los CDO se volvieron populares como fondos de retiro que solo podían comprar valores de alta calificación por entenderse que eran seguros.

Este sistema era una bomba. A los prestamistas no les importaba si el deudor podía pagar por lo que empezaron a correr más riesgos. A los bancos tampoco les importaba. Contra más CDO vendían, más beneficios tenían. Y las agencias de calificación, pagadas por los bancos de inversión, no tenían responsabilidad si la calificación estaba equivocada.

De 2000 a 2003 los préstamos hipotecarios anuales se cuadriplicaron. Los bancos prefirieron estos préstamos subprime (de alto riesgo) por sus altos beneficios, lo que hizo aumentar los préstamos abusivos, dándose préstamos con altos tipos a prestatarios que no podrían pagarlos.

Los préstamos aumentaron, se podían conseguir más hipotecas, aumentaba el precio de la vivienda, y vuelta a empezar.

Todo esto hizo que los beneficios de los directivos de estas entidades se multiplicaran y se volvieran escandalosas. Pero los beneficios de las sociedades no eran reales.

La banca de inversión pidió más dinero prestado para comprar más préstamos y crear más CDO. El ratio entre dinero prestado el que tiene el banco se llama apalancamiento. Y este iba en aumento y se permitió por parte del gobierno un mayor apalancamiento con el riesgo que ello conlleva.

Además a todo esto se unió AIG, la mayor aseguradora, que estaba vendiendo seguros de impago de Deudas (CDS) para los inversores que tenían CDO. Un inversor que compraba un CDS pagaba una prima trimestral. Si el CDO perdía valor AIG prometía pagar las pérdidas. Pero a diferencia de un seguro normal los especuladores podían comprar seguros de impago de deuda para apostar contra CDO que no poseían. Por tanto varias personas podían asegurar un mismo “bien”. Al no haber regulación AIG no tuvo que aportar dinero (realizar reservas) para cubrir posibles pérdidas. Por el contrario se premiaba a los que vendían esos CDO.

Estos beneficios a corto plazo crearon un gran riesgo a largo plazo. En 2007 un artículo ya indicaba que un tercio de las hipotecas estaban en mora.

En 2006 Goldman vendía CDO y los recomendaba a sus clientes y a la vez apostaba contra ellos. Comprando seguros de impago de deuda a AG, Goldman podía apostar contra CDO que no eran suyos sino de sus clientes y cobrar cuando perdían valor. También Morgan Stanley apostaba contra el colapso de AIG y yendo contra sus propios clientes. Y las agencias de calificación cuadruplicaron beneficios con sus calificaciones.

En 2008 los prestamistas ya no podían vender sus préstamos, y decenas de prestamistas quebraron. El mercado de CDO colapso y los bancos de inversión quedaron con millones de dólares en préstamos, CDO y propiedades que no podían vender. La Reserva Federal adquirió algunas entidades en colapso. Lehman anunció sus millonarias pérdidas y origino su caída.

El 12 de Septiembre Lehman se quedó sin efectivo y la industria de inversión se hunde. Peligra la estabilidad financiera. Merrill Lynch también quiebra. Con estas quiebras las transacciones se detuvieron. Los fondos de cobertura descubrieron que no podían recuperar sus activos. Los negocios pararon. AIG debía 13.000.000.000 dólares en seguros de impago. No había dinero y el gobierno controla AIG y tiene que dar millones a los bancos para evitar el colapso financiero. El sistema se congeló. A pesar del rescate la recesión con desempleo y pérdidas de vivienda se extiende globalmente.

 
Hasta aquí el relato de esta crisis. Si nos vamos a los 6 puntos que identificaban las anteriores crisis vemos que en la última se cumplen punto por punto. Y si oímos que el nuevo responsable del tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, indica que quiere desmontar la ley Dodd-Frank creada por Obama para regular las grandes entidades financieras, vemos que nuestra memoria es corta.  

 
Fuentes utilizadas:

-          Galbraith, John Kenneth “Breve historia de la Euforia Financiera”

-          Documental Inside Job, dirigido por Charles Ferguson en 2010
 

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