Este pasado Lunes fue el día de
Educación Financiera. Uno de los puntos que pretendía reivindicar era que este
campo tuviera peso en las aulas. Durante esta crisis ha salido a la luz engaños
que se han producido por las entidades financieras a los ciudadanos o la
actuación de usureros que aprovechándose del desconocimiento y de la necesidad
de determinadas personas les hicieron firmar préstamos que acaban en
situaciones muy dolorosas para ellos.
Es cierto que un mayor
conocimiento financiero por parte de la gente hubiera evitado ciertas
situaciones, pero no hay que olvidar que la falta de regulación y transparencia
han sido cuanto menos tan importante como la educación.
Curiosamente el mismo día apareció
en El País una noticia titulada “Platón expulsado de clase” en el que se indicaba que la reforma educativa margina la asignatura de
Historia de la Filosofía, pasando de obligatoria a optativa. Consideran que la
filosofía enseña a desarrollar un pensamiento crítico que, en nuestros días, es
algo fundamental y que cada vez creo que se desarrolla menos.
Pero claro,
hay un problema. Los economistas piden más horas para su asignatura indicando
que es fundamental en nuestra sociedad, los filósofos tres cuartos de lo mismo,…
El legislador se enfrenta el problema fundamental de la economía que es la
asignación eficiente de los recursos escasos. En este caso los recursos son las
horas de clase. Si queremos poner nuevas materias hay que quitar otras.
¿Debemos mantener siempre las mismas asignaturas o materias como fundamentales
y fijas? o a medida que cambia la sociedad ¿Debemos modificar nuestros planes
de estudios? Creo que hay materias que no pueden cambiar, como son las
matemáticas, la lengua, la ciencia y la historia. En el resto habría que llegar
a acuerdos para definir cuales mantener con un peso fuerte en la programación y
que hubiese una estabilidad. Además se podrían valorar otros cambios. Quizás
determinadas materias no tienen que durar todo un año, que hubiese una verdadera
transversalidad en los temarios y que se incitase al aprendizaje autónomo de
los alumnos más allá del que se imparte durante los 50 minutos de la clase.
Volviendo a la educación
financiera, en El País apareció otro artículo indicando que “Los ciudadanos formados son ahorradores más libres” En el se extraen conclusiones de un debate realizado en la sede de este periódico
sobre como fomentar la inversión a largo plazo. Y leyéndolo me surge una duda.
¿Puede usarse esta asignatura para adoctrinar a los jóvenes? Este planteamiento
se ha usado para ciertas asignaturas pero en este me parece bastante
problemático. Por ejemplo, el paso de informar que es un plan de pensiones o un
fondo de inversión, a decir que es imprescindible contratar alguno de ellos. Está
claro que la evolución económica y demográfica pone en dificultad las pensiones
públicas de la forma que hoy está estructurada. Pero el debate pensiones
públicas – privadas debe ser una discusión política que debería plantearse
claramente y exponer los sacrificios que tengamos que hacer para mantenerlas en
un futuro o si va a ser imprescindible el complementarla con una privada, en
caso de que tuviéramos alguna capacidad de ahorro cosa imposible para un alto
porcentaje de la población. Por ello también será importante ver quién impartiría
y diseñaría el temario y visto lo difícil que es llegar a acuerdos, cada
partido político querrá arrimar el temario a su lado.
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