Cuando sube el precio de un bien,
lo que ocurre normalmente es que consumimos menos de dicho producto. Y cuando
desciende, lo demandamos más. Por ejemplo, si sube el precio de las entradas al
cine, manteniéndose constante nuestra renta, iremos menos veces a ver alguna
película. Lo mismo ocurre con la inmensa mayoría de los bienes en los que
pensemos. Pero ¿Puede ocurrir lo contrario? ¿Es posible que si sube el precio
consumamos más? Pues si. Según observó Robert Giffen en el siglo XIX hay algunos
bienes en que esto pueda ocurrir y son los denominados bienes Giffen, nombre
que les asignó Alfred Marshall.
Lo primero que tenemos que tener
en cuenta es pensar en este tipo de bienes, es que tienen que cumplir dos
condiciones:
- Ser un bien inferior. Su demanda disminuye al aumentar la renta del consumidor.
- Representan una parte importante de la renta del consumidor.- Ser un bien inferior. Su demanda disminuye al aumentar la renta del consumidor.
Por tanto, estos bienes se suelen
circunscribir a situaciones de pobreza o graves crisis, en las que la escasa
renta de las familias se suelen destinar casi exclusivamente a la alimentación.
El ejemplo clásico es la patata y el momento en el que se estudió la gran
hambruna por la crisis de la patata en Irlanda durante el año 1845.
Ring of Kerry (Irlanda)
Supongamos que una familia tiene
para gastar 140 u.m. El precio del kilo de patatas son 10 u.m. y el kilo de
carne 80 u.m. Puesto que esta familia tiene que dar de comer a sus miembros,
consumirá 6 kilos de patatas y un kilo de carne. Si el precio de la patata sube
a 15 u.m., si quisiera mantener la alimentación de su familia, reducirá la
cantidad de carne y subirá la de patatas
a 7 kilos. Bajando el consumo poco más de medio kilo de carne aún puede
aumentar en un kilo el consumo de patatas.
¿No lo creéis?. Preguntad a
vuestras abuelas o madres, según vuestra edad, que ocurría en las cazuelas
tras la guerra: las patatas guisadas ¿Cuándo tenían más carne y cuando más
patatas? Hay un estudio del 2007 de los profesores Robert T. Jensen y Nolan H.
Miller en el que observan la evolución de la demanda de arroz y pasta en zonas pobres
de China.
También puede ocurrir a la
inversa. Si disminuye mucho el precio de la patata, la familia podrá disminuir
su consumo a cambio de un poco más de carne para mejorar su alimentación.
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