Tras haber escrito sobre el padre
de la economía clásica, Adam Smith
, y viendo las manifestaciones de ayer,
me parece buen momento para hablar un poco de John Maynard Keynes. A la hora de
escribir este post, tomaré como referencia el muy recomendable libro de John Kenneth Galbraith, Historía de la Economía (1987).
Como siempre que se analiza la
obra de un autor, lo primero debería ser contextualizar el momento en el que
vivio y escribió. J.M. Keynes
(1883-1946). Vivio por tanto la década de los 20 y
las consecuencias del crash del 29 y la depresión de los años 30. Su principal
obra The General Theory of Employment Intereset and Money (Teoría general de la
ocupación, el interés y el dinero) fue publicada en 1936.
Analicemos por tanto la situación
de los años 30. Para llegar a ello primaron las ideas clásicas: no era tarea
del Estado adoptar medidas para promover la demanda: eran innecesarias. Al
igual que debían hacerlos hogares, el Estado debía vivir dentro de sus propios
medios (esto empieza a sonarme a algo actual). Los tipos de interés no podían bajarse
mas de lo bajo que estaban. Según los clásicos, si descienden los tipos de
interés los ahorros se invertirán, serán gastados. Keynes analizó que puede
haber una variedad de razones que impidan esto y por tanto que los ingresos se
ahorren y no se gasten, reduciendo la demanda de bienes y servicios.
Además se pensaba que una
situación de desempleo se debía a que los salarios eran demasiado elevados o
demasiado rígidos (vuelve a sonarnos esto). Los causantes eran los sindicatos.
Los beneficios de añadir un empleado eran menores que los salarios pretendidos.
Solución: reducir los salarios. En opinión de Keynes esto no respondía a la
realidad. Si se reducían los salarios, la capacidad adquisitiva disminuiría y
la contracción de la demanda efectiva incrementaría el desempleo.
Por tanto, desde la visión de
Keynes, ya no podía esperarse que fuera el propio mercado el que devolviera el
equilibrio. Unos tipos de interés sumamente bajos no garantizaba un aumento de
la inversión, la disminución de los salarios en caso de desempleo no garantizaba
volver al pleno empleo. Por tanto el desempleo podría ser estable y persistente.
Solo quedaba una solución: que el Estado elevara el nivel de los gastos de
inversión: emisión de deuda pública y el aumento del gasto público: el déficit
deliberado.
Los críticos dirán que se ha
llegado a esta situación precisamente por las políticas Keynesianas y que
España, con los tipos de interés de la deuda, no puede aumentar su deficit.
Pero yo creo que es por la aplicación errónea de estas políticas. El uso de la
deuda pública y la participación de Estado para elevar la inversión debe ser
primordialmente en épocas de crisis. En situaciones cercanas al pleno empleo,
es cuando debe ahorrarse, cuando es posible subir los impuestos sin causar gran
perjuicio y si un aumento de recaudación. ¿Cómo aumentar el déficit? Bueno,
para ello hay un Banco central y en teoría un parlamento Europeo.
Otro libro importante de Keynes
fue el publicado en 1919: The Economic Consequences of the Peace (Las
consecuencias económicas de la Paz). En el analizó las consecuencias que
tuvieron las condiciones que los vencedores de la primera guerra mundial
establecieron sobre los vencidos, especialmente sobre Alemania. Alemania no
podía pagar las sumas fijadas con los ingresos obtenidos de las exportaciones,
siendo ello un desastre para Alemania (véase la hiperinflación que hubo) como
para el resto de países. Tras la segunda guerra mundial, se intentó no caer en
este error, y los pagos fueron en especie, pero tuvo consecuencias mas
perturbadores y crueles sobre la población vencida. En la situación actual, si
sustituimos guerra por crisis, vencidos por países rescatados,… ¿habría analogías?
Dejo el siguiente enlace
publicado en el Economista sobre ¿Cómo resolvería Keynes las crisis de laEurozona?
Y la entrevista publicada hoy en
El Pais a Joseph Stiglitz
Sería interesante debatir sobre
este tema, por lo que os animo a dejar vuestros comentarios.
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