Aquí estamos de vuelta. En la
ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres se hizo, en la
primera fase de la misma un, lógicamente, pequeño repaso de la historia del Reino
Unido y me quedaría con un momento. Representaron el paso de la sociedad rural,
del verde del campo al gris de la ciudad tras la Revolución Industrial. Luego vinieron los sindicatos, los
movimientos feministas, pero de momento voy a hablar un poco del anterior
periodo.
Quería desde hace tiempo hablar
un poco de economía. Que nadie se
asuste ni cierre la página. No hablaré de prima de riesgo, rescate o cosas de
las que estamos realmente no sé si aburridos o asustados de escucharlo, sino de
historia y alguna curiosidad.
Retomando el párrafo inicial
hablaré de Adam Smith (Kirkcaldy 1723-
Edimburgo 1790). Economía ha existido siempre, pero posiblemente lo que se
considera economía moderna o como padre de la economía se cita a veces a Smith
y si hubiera que elegir un año 1776.
Los más veteranos quizás nos
acordemos que cuando se hablaba de la Edad
Contemporánea y del surgimiento de la nueva sociedad, el éxodo a las
ciudades, el hacinamiento,… se cita el descubrimiento y desarrollo de la máquina
de vapor de James Watt. Dicho descubrimiento propulsaría la evolución del resto
de maquinaria, propulsando industrias como las manufacturas textiles. Pero el
desarrollo social o el pensamiento que se vio reflejado con los cambios se
pueden ver en la obra más importante de Adam Smith y posiblemente el libro más
citado en muchos manuales de Economía que es An inquiri into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (1776)
conocido en castellano como La riqueza
de las Naciones. Año también importante pues coincide con la independencia de
los Estados Unidos.
Citare 2 párrafos que son los más
citados de esta obra muy famosa pero como ocurre con muchas de estas características
quizás poco leída:
“No es la benevolencia del carnicero, del
cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino la consideración
de su propio interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su
egoísmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas. Sólo
el mendigo depende principalmente de la benevolencia de sus conciudadanos; pero
no en absoluto”…”en
este caso, como en tantos otros, es guiado por una mano invisible para la consecución de un fin que no entraba en sus
intenciones”
Por
lo tanto, el incentivo de la actividad económica es el interés individual. El egoísmo
individual, la búsqueda del máximo beneficio propio y la mano invisible del
mercado harán que consigamos alimentos, vestido,… Por lo tanto, se debe
interferir lo mínimo posible. Por ejemplo crítico a los profesores públicos aquellos
cuyos salarios eran independientes del tamaño de sus clases o del entusiasmo
que provocaban en el alumnado.
Otro
aspecto interesante de su obra. Cuando pensamos en la cadena de montaje seguramente nos venga a la mente, además de la
famosa secuencia de Tiempos Modernos con Charles Chaplin, Henry Ford y su cadena de montaje para vehículos. Pero veamos el
siguiente párrafo:
“Tomemos como ejemplo una manufactura de poca
importancia, pero a cuya división del trabajo se ha hecho muchas veces
referencia: la de fabricar alfileres.
Un obrero que no haya sido adiestrado en esa clase de tarea (convertida por
virtud de la división del trabajo en un oficio nuevo) y que no esté
acostumbrado a manejar la maquinaria que en él se utiliza (cuya invención ha
derivado, probablemente, de la división del trabajo), por más que trabaje,
apenas podría hacer un alfiler al día, y desde luego no podría confeccionar
más de veinte. Pero dada la manera como se practica hoy día la fabricación de
'alfileres, no sólo la fabricación misma constituye un oficio aparte, sino que
está dividida en varios ramos, la mayor parte de los cuales también constituyen
otros tantos oficios distintos. Un obrero estira el alambre, otro lo endereza,
un tercero lo va cortando en trozos iguales, un cuarto hace la punta, un
quinto obrero está ocupado en limar el extremo donde se va a colocar la cabeza:
a su vez la confección de la cabeza requiere dos o tres operaciones distintas:
fijarla es un trabajo especial, esmaltar los alfileres, otro, y todavía es un
oficio distinto colocarlos en el papel. En fin, el importante trabajo de hacer
un alfiler queda dividido de esta manera en unas dieciocho operaciones
distintas, las cuales son desempeñadas en algunas fábricas por otros tantos
obreros diferentes, aunque en otras un solo hombre desempeñe a veces dos o tres
operaciones”
Por
lo tanto, está cadena de montaje ya estaba un siglo antes de las que creo Ford.
Esta secuencia la podemos ver en los billetes de 20 Libras:
Estas
dos pequeñísimas pinceladas de Adam Smith nos pueden permitir pensar, comentar
y discutir sus ventajas y desventajas. En otra entrada hablaré de Keynes, quizás su contrapunto (si
exceptuamos a Karl Marx).
Espero
vuestros comentarios, opiniones, sugerencias,…
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