Algún periódico lo ha titulado como “El Clinic detecta el riesgo de fracaso escolar desde los primeros días de vida” . ¿Es exagerado?
Veamos primero algunas nociones sobre el cerebro y el aprendizaje, tomando como base el manual de Daniel Anaya Nieto, Bases del aprendizaje y educación.
El cerebro es el órgano en el que tiene lugar el aprendizaje. Es una estructura increíblemente compleja. Contiene 100.000.000.000 neuronas conectadas entre sí, pudiendo cada unidad establecer conexión con otras 10.000 neuronas. Actualmente se considera el aprendizaje como la modificación de la estructura y funcionamiento neuronal.
A las neuronas denominadas sensoriales les llega la información del exterior. Su activación puede provocar que se transmita la información a otras neuronas con las que estén conectadas por medio de lo que se llama sinapsis y que fruto de las complejas interconexiones producen finalmente una respuesta concreta.
Por lo tanto lo que se está activando es un circuito que no es inmutable. Aquellas neuronas que entre sí han tenido gran comunicación fortalecen su conexión. Por el contrario las que no han ido o tienen poca comunicación pueden extinguir su comunicación o llegar a morir. Todo esto ocurre a lo largo de la vida y se conoce como plasticidad neuronal y es la base del aprendizaje. Por tanto, estamos continuamente aprendiendo.
Este aprendizaje se produce en interacción con el medio ambiente y sucede desde antes del nacimiento. Sobre el conjunto de conexiones que tengamos al nacer se irán incorporando los nuevos aprendizajes. Por ello es importante el entorno social en el que se crece que puede estimular o empobrecer nuestra capacidad de procesar la información.
El crecimiento de las conexiones (sinapsis) y su refuerzo (mielinización) no ocurre al mismo tiempo en todas las partes del cerebro. Cada zona tiene una plasticidad que es muy sensible en determinados momentos de la vida. Por ejemplo respecto al lenguaje el primer año de vida es especialmente sensible para el aprendizaje de los sonidos del habla. Tras ese año se pierde sensibilidad para discriminar entre sonidos. Para el aprendizaje de la gramática (donde se implican regiones frontales del hemisferio izquierdo del cerebro) el periodo sensible es hasta los 3 años.
Por tanto, ¿es exagerado el titular de La Vanguardia? Posiblemente sí. En base a la información que ha ido apareciendo en los periódicos, lo que se corrige es las posibles lesiones o retraso en la evolución del desarrollo del cerebro que pueda tener de la fase prenatal. Pero el desarrollo posterior va a depender como hemos visto de muchos aspectos: del medio que nos rodea, de la formación, de los estímulos que recibamos,… Pero esto no disminuye la importancia que pueda tener esta investigación y del gran trabajo que se esté desarrollando tanto en el Hospital Clinic como en el resto de hospitales y universidades que, en silencio, permitan mejoras en la salud.
Como siempre, os invito a dejar vuestros comentarios, opiniones,…
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